UNA MIRADA ANTROPOLÓGICA PARA LA ARCHIVÍSTICA Y LOS PROYECTOS DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL EN MATERIA DE ARCHIVOS

UNA MIRADA ANTROPOLÓGICA PARA LA ARCHIVÍSTICA Y LOS PROYECTOS DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL EN MATERIA DE ARCHIVOS

La archivística se encuentra en un momento de expansión profesional y académica muy alentador, marcado principalmente por el diálogo con las ciencias de la información y la computación y, por tanto, en un escenario de mayor estandarización a nivel internacional. Sin embargo, resulta fundamental cultivar el pensamiento crítico y reivindicar las oportunidades que también pueden ofrecer las ciencias sociales en la aproximación y tratamiento del propio objeto de estudio. Por qué ¿Qué ocurre cuando las percepciones, necesidades y expectativas que tienen otras sociedades en relación con sus archivos no encajan con la forma de entender y de hacer las cosas de la archivística “estandarizada”? ¿Cómo podemos plantearnos como profesionales ayudar a otras comunidades a organizar y gestionar sus archivos si no tomamos en consideración lo que es social y culturalmente importante para éstas, y en qué términos quieren relacionarse con ellos?

La investigación y diversas experiencias de trabajo en el ámbito social, particularmente en Australia, Canadá, Estados Unidos y Latinoamérica, ya ha podido demostrar que existe mucha más diversidad sociocultural en torno a los archivos de la que podríamos pensar, ante la que una concepción homogénea o estándar de la disciplina y una aplicación indiscriminada de sus principios científicos no sólo no es viable, sino que también es altamente problemática.

Si bien por el origen y el bagaje académico de la mayoría de profesionales de la archivística ya se tiene una conciencia del valor social de los archivos, de su importancia para la memoria histórica o por la defensa de los derechos humanos, lo cierto es que hay más allá de todo esto; que los archivos pueden significar y pueden constituirse de muchas formas dependiendo de la sociedad o la comunidad a la que nos refiramos. Los modelos actuales y estándares profesionales no están preparados para abrazar el hecho de que, por ejemplo, algunas comunidades pueden establecer vínculos emocionales, espirituales o más simbólicos con sus archivos, o que existen sistemas archivísticos y tradiciones particulares que se fundamentan en otras formas de concebir los documentos, la propiedad cultural o la preservación de la memoria.

Los proyectos de cooperación internacional en materia de archivos son especialmente paradigmáticos en este sentido, porque permiten ver de forma muy clara hasta qué punto funciona la aplicación de la teoría y los principios archivísticos en diferentes realidades sociales. Por ejemplo, del proyecto de cooperación de Archiveros sin Fronteras con el Archivo Nacional de la República Democrática Árabe Saharaui, que he tenido la oportunidad de analizar, se pueden sacar muchos aprendizajes respecto al encaje de los conocimientos y las prácticas profesionales propias en realidades locales y territoriales tanto particulares, así como de la necesidad constatada por los/las propias cooperantes la situación concreta de los archivos y la documentación, o de las necesidades de gestión documental percibidas externamente.

En este sentido, la antropología y su método de investigación, la etnografía, son herramientas que nos podrían servir para la sensibilización sociocultural y para el planteamiento de algunas reflexiones críticas sobre la profesión, no sólo para comprender a personas y culturas archivísticas diversas, sino también para pensar cómo hacemos lo que hacemos y por qué lo hacemos. En concreto, en los proyectos de cooperación se podrían incorporar algunos ejercicios etnográficos, es decir, de atención y comprensión de las realidades sociales, para diseñar intervenciones más adecuadas, eficaces e integradas en cada contexto. Por ejemplo, se podría empezar por prestar más atención a los aspectos socioculturales de la población en la fase previa de prospección de los fondos y en el diseño de los proyectos, o incluso crear equipos pluridisciplinares que tengan la capacidad de trabajar un mismo proyecto desde diferentes perspectivas y con una mayor profundidad.

En definitiva, habría que entender la archivística como un medio para que las sociedades se archiven a sí mismas de la forma más coherente, y no como una práctica de aplicación estándar. Entender que hay diferentes maneras de hacer las cosas y darles espacio es importante, y de hecho, esta flexibilidad no es incompatible con mantener el rigor, la calidad y la aplicación de buenas prácticas. Comprender a los/las productores/as de la documentación y los mundos sociales que envuelven los archivos es fundamental para plantear una gestión de la documentación realmente eficiente y apropiada, y para asegurar así que se cumple con las finalidades de la archivística en los términos en los que lo vive y lo concibe cada comunidad.

COLABORAR PARA AVANZAR: el alumnado de la ESAGED se implica con AsF

COLABORAR PARA AVANZAR: el alumnado de la ESAGED se implica con AsF

Todo el mundo que ha cursado una carrera o un máster ha tenido la sensación de que lo explicado en clase a veces tenía poco que ver con la realidad del mundo no académico. Como si el profesorado viviera en otro planeta. Evitarlo es una de las grandes preocupaciones del equipo docente de la Escuela Superior de Archivística y Gestión de Documentos (ESAGED) de la UAB.

Es todo un reto conseguir encontrar el puente que aúne la formación con el entorno profesional donde se aplicarán los conocimientos adquiridos, especialmente en ámbitos como el marketing y la comunicación porque la realidad de las instituciones archivísticas limita mucho la capacidad de acción a la hora de hacer difusión y es entonces donde se hace más evidente la enorme distancia que puede haber entre la teoría explicada en el máster y la realidad del mundo laboral.

Por esta razón, desde ESAGED propusimos colaborar con Archiveros Sin Fronteras: Queríamos poner en práctica la teoría explicada en las sesiones trabajando en un entorno real. Recientemente he aprendido que en la jerga de la pedagogía actual de esto se le llama algo así como “learning by doing”, pero para mí no deja de ser otra cosa que tener los pies en el suelo y coger experiencia siendo consciente de las dificultades que uno se encuentra fuera del aula.

Y esto es lo que se hizo durante el primer semestre del curso 2022-2023 con el alumnado del segundo curso del Máster Oficial en Archivística y Gestión de Documentos. La mecánica de trabajo fue muy sencilla y sólo hubo que crear equipos de unas cinco personas para asumir los encargos previamente acordados con AsF: hacer un plan de comunicación; elaborar el dossier de prensa; idear una campaña de captación de nuevos socios; proponer una mejora de la página web; plantear una estrategia de comunicación digital a través de las redes sociales; pensar una campaña de captación de recursos económicos para comprar material por el archivo de la República Saharaui y crear un producto de divulgación para dar a conocer el fondo de la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Catalunya de La Habana.

Tal y como se pactó al empezar el curso, entre septiembre de 2022 y enero de 2023 los equipos se reunieron semanalmente y poco a poco se fueron familiarizando con la tarea escogida. El resultado fueron una serie de propuestas magníficas fruto del compromiso y el esfuerzo del alumnado, que no escatimó horas para salir adelante. Los vi sufrir, atascarse, dudar… pero nunca les vi desfallecer ni negociar el esfuerzo. Fue emocionante ser testigo de su evolución y comprobar cómo poco a poco iban ganando seguridad y confianza hasta el momento de presentar unos muy buenos trabajos. Para mí personalmente, lo vivido en el aula durante ese semestre fue memorable y da sentido a la tarea que se supone que debe realizar un profesor ya la misión que tiene la universidad.

Además, se habrá conseguido ayudar a tirar adelante a una entidad como AsF, que realiza una labor extraordinaria y que deseo que tanto su junta como la masa social puedan ser aún mejor gracias a la aportación entusiasta de un grupo de alumnos que desde ahora también son parte de la historia de Archiveros Sin Fronteras.

LOS ARCHIVOS EN LAS POLITICAS DE MEMORIA. Algunos aprendizajes de la experiencia colombiana.

LOS ARCHIVOS EN LAS POLITICAS DE MEMORIA. Algunos aprendizajes de la experiencia colombiana.

Durante los últimos 20 años, el discurso internacional de los derechos humanos se ha ocupado de una pregunta esencial para el esclarecimiento de los crímenes contra la humanidad cometidos en regímenes represivos y conflictos armados: ¿qué medidas deben implementarse para salvaguardar y usar ampliamente los archivos que testimonian las violaciones a los derechos humanos? Los principios internacionales de lucha contra la impunidad -adoptados en 1998 y actualizados en 2005, los informes de la relatoría especial de las Naciones Unidas para el derecho a la verdad -especialmente su informe de 2015-, así como los Instrumentos del Estado de derecho del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos[i] han resaltado que sobre los estados recae el deber de recordar, y en su cumplimiento, la obligación de preservar y establecer las más amplias condiciones para el conocimiento público del legado documental y testimonial de los pueblos. Estos referentes jurídicos invitan a los estados a que valoren en los mecanismos transicionales, como las leyes de memoria, una oportunidad para implementar los más altos estándares para la protección, acceso y difusión social de los archivos. Las políticas de búsqueda de la verdad deben ir acompañadas de políticas archivísticas pensadas desde un enfoque de derechos humanos.

A pesar de la claridad de estas invitaciones, la experiencia internacional, y en concreto, la experiencia de los mecanismos transicionales en Colombia muestra que armonizar y poner en diálogo las políticas de memoria y las políticas de archivo es una tarea con no pocos obstáculos. Así, aunque uno de los principios vertebrales en esta relación entre archivos y políticas de memoria es que los organismos de investigación del pasado deben tener libre acceso a la documentación e información pública, la experiencia de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la Reconciliación (CEV) en Colombia pone de manifiesto las barreras que persisten en este campo. Este organismo, fruto de los acuerdos firmados por el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) en 2016, entregó su informe final el 28 de junio de 2022, y con sus anexos un documento titulado “Experiencia de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad para acceder a la información pública”[ii]. Colombia cuenta con una Ley General de Archivos, una Ley de Transparencia y acceso a la información pública, una Ley de Víctimas y Restitución de tierras, y sin embargo, la CEV se enfrentó con la renuencia de algunas entidades estatales a dar acceso a la documentación pública, a la carencia de instrumentos archivísticos para las búsquedas información sobre las violaciones a los derechos humanos; se enfrentó también, al reenvío injustificado de las solicitudes de información a otras entidades estatales, y al desconocimiento de los plazos legales de respuesta a las peticiones de acceso, entre otras problemáticas. En resumen, el acceso a los archivos estatales sigue siendo tortuoso, no solo para las víctimas que buscan verdad y justicia, sino incluso, para las entidades públicas facultadas para investigar los impactos de la guerra.

La experiencia de la CEV recuerda los hallazgos de otra entidad, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), organismo creado en 2011 y encargado de poner en marcha un Archivo sobre las memorias del conflicto armado colombiano. Entre 2013 y 2017, esta entidad se trazó la tarea de construir una política para los archivos sobre las violaciones de los derechos humanos, y para ello, dialogó con organizaciones sociales y funcionarios públicos de diversas regiones de Colombia. En su diagnóstico, el CNMH encontró que problemáticas como las amenazas a lideres sociales que buscaban información sobre lo ocurrido, la falta de formación de los funcionarios públicos en derechos humanos, la carencia de herramientas psicosociales para la atención de las víctimas, la ausencia de programas formativos sobre el tratamiento de los archivos y la precariedad de la infraestructuras -públicas y de sociedad civil-  obstaculizaban el acceso y preservación de las huellas documentales y testimoniales de la confrontación armada[iii]. Las realidades que encontraron estas instituciones muestran que las políticas y la gestión de los archivos en las instituciones públicas pueden facilitar y también obstaculizar el conocimiento de los impactos de la violencia, y también, afectan decisivamente las posibilidades de exigencia de los derechos humanos, especialmente de las víctimas y sus representantes.

Para complejizar este mapa de retos en las políticas de memoria, es importante agregar que, en el contexto colombiano, entidades como el CNMH y la CEV han producido informes públicos que se han ocupado de materias como los efectos de la violencia en las diversas regiones, las afectaciones en poblaciones como campesinos, indígenas, comunidades afrocolombianas, niños, niñas, adolescentes, población LGTBI, de los efectos en la participación política, entre otras dimensiones del conflicto armado. No obstante este trabajo, siguen siendo necesarias políticas de archivo que faciliten y estimulen el acceso, no solo a la documentación pública en general, sino a los archivos conformados por estas entidades en sus labores de investigación. En sociedades que aspiran superar los profundos impactos sociales, culturales y psicosociales de la violencia, el reto consiste, no solo en el recaudo de los documentos y testimonios, sino además, en la visibilización pública de miles de historia que, por motivo de la violencia no han podido salir a la luz. De hecho, buena parte del esfuerzo de gestores de memorias como las organizaciones de derechos humanos, las asociaciones de familiares buscan romper el silencio que pesa sobre los dolores que ha vivido la sociedad, y con ello, superar el ambiente de impunidad de facilita que los eventos violentos se repitan.

Los obstáculos para el acceso a los archivos en la experiencia de Colombia, constata que la emisión de herramientas jurídicas -leyes, protocolos y circulares institucionales- sobre estos temas es necesaria, pero no suficiente para lograr la coordinación entre políticas de memoria y políticas de archivo. Es decir, es largo el camino que hay entre las normas y la vida cotidiana de las entidades estatales. Para superar estas brechas, se requiere la decisión real de promoción de cambios en la cultura institucional, así como el debate público y la veeduría ciudadana para que los principios adoptados en las leyes y las normas internacionales en derechos humanos se apropien y cumplan en el seno de la institucionalidad. Una de las necesidades más visibles, por ejemplo, es que se posicione públicamente la idea de que, la búsqueda de la verdad, el análisis crítico de lo vivido para que no se repitan las atrocidades del pasado, demanda que las generaciones, presentes y futuras, tengan la posibilidad de conocer e interrogar, tanto los informes de los entes especializados como la historia que está contenida en los documentos, testimonios y demás materiales que han sido recaudados por los organismos de investigación. La discusión pública sobre el acceso a los archivos para la recuperación de la memoria histórica debe tocar, entre otros aspectos: a) las condiciones efectivas para su conocimiento y difusión, especialmente para las víctimas y los organismos de esclarecimiento; b) el régimen de acceso a los documentos y testimonios que recauden los entes de investigación; y c) las políticas requeridas para que los sistemas nacionales de archivo trabajen coordinadamente en la preservación de este legado cuando los documentos y testimonios son custodiados por gestores de memoria no estatales, es decir, por personas o comunidades que pueden contribuir al esclarecimiento del pasado.

Frente a estos temas, vale decir que Colombia y España viven momentos especiales. De un lado, Colombia asiste a un momento en el que se anuncia un relanzamiento de las políticas de paz, y de otra parte, la sociedad española enfrenta el debate sobre las implicaciones de la Ley de Memoria Democrática. Ojalá que estos tiempos sean la oportunidad para que las políticas de archivos se hagan visibles como un campo estratégico, medular, de las transiciones políticas en estos países, y para que, las instituciones públicas, centros de pensamiento, las organizaciones de sociedad civil entablen diálogos fecundos sobre las políticas y medidas necesarias para salvaguardar el valor de los archivos como fuentes de una memoria social que promueva el respeto por los derechos humanos.

 

[i] Alto Comisionado para las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) 2015.Instrumentos del estado de derecho para sociedades que han salido de un conflicto: archivos. Disponible en https://www.ohchr.org/sites/default/files/Documents/Publications/HR_PUB_14_4_Archives_sp.pdf

[ii] Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, la convivencia y la No repetición (CEV) (2022). Experiencia de la Comisión para acceder a información pública. Documento disponible en https://www.comisiondelaverdad.co/experiencia-de-la-comision-para-acceder-informacion-publica

[iii] Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) (2017). El proceso de conformación del Archivo de los Derechos Humanos del CNMH y la construcción de la Política Pública de Archivos de Derechos Humanos, Memoria Histórica y Conflicto Armado: diagnóstico y propuestas de la sociedad civil y de las instituciones públicas. En Política Pública de Archivos de Derechos Humanos, Memoria Histórica y Conflicto Armado. Disponible en https://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/politica-publica-archivo-ddhh.pdf Pags- 120-125.

9ª CONFERENCIA ANUAL DEL CONSEJO INTERNACIONAL DE ARCHIVOS (ICA)

9ª CONFERENCIA ANUAL DEL CONSEJO INTERNACIONAL DE ARCHIVOS (ICA)

Los pasados días 21, 22 y 23 de septiembre se celebró en Roma la 9.ª Conferencia del Consejo Internacional de Archivos (https://ica2022roma.com/), bajo el título Archivos: Salvando la brecha, con la participación de Archiveros sin Fronteras España (AsF). La Conferencia del Consejo Internacional de Archivos (ICA) es anual, excepto el año que se celebra el Congreso del ICA, y es el principal suceso archivístico internacional del año. El ICA tiene 198 miembros de países diferentes, y trabaja para reunir secciones con intereses profesionales comunes y regiones con tradiciones archivísticas diversas y diferentes. La Comisión del Programa se centra en los principales retos profesionales y trabaja para desarrollar soluciones y productos para dar apoyo a los miembros en su tarea, así como para representar los intereses de gestión de archivos y registros, aportando asesoramiento y contenidos en organismos e iniciativas internacionales de representación cultural, patrimonial, gubernamental y tecnológica. Todos estos ejes se reúnen en el momento de la conferencia para ser presentados, discutidos y desarrollados, y para inspirar nuevas iniciativas y enfoques para los organismos del ICA.

La Conferencia de Roma ha querido poner de manifiesto la diversidad que caracteriza a las sociedades contemporáneas con el objetivo de dar un toque de atención, aportar propuestas y posibles soluciones para reducir la brecha en conceptos como la globalidad y aquello que es local, entre lo público y lo privado, aspectos que afectan a la tecnología, entre otros, a fin de que se produzca un desarrollo donde los diferentes participantes prosperen desde su realidad concreta dentro de la sociedad, y donde los archivos tienen un papel fundamental como agentes activos.

La ponencia en la que AsF participó, se desarrolló en el Auditorium Antonianum, sede de la conferencia, ante 125 asistentes, en el marco de la sesión Solidaridad Archivera: Archiveros ayudándose en tiempo de guerra y paz. Archiveros sin Fronteras Internacional (AsF-I) estuvo representada por Christine Martinez, presidenta de AsF Francia; M. Elena Porras, presidenta de AsF Ecuador y Núria Carreras, presidenta de AsF España. Bajo el título de la ponencia La solidaridad archivística de Archiveros sin Fronteras las tres participantes presentaron algunos de los proyectos desarrollados por las diferentes secciones de AsF Internacional a lo largo del tiempo, desde su creación.

La sesión dirigida por Meg Phillips, vicepresidenta de programas del ICA, incluyó otras intervenciones como la impartida por Emilie Gagnet Leumasen bajo el epígrafe Protecting Cultural Heritage: ICA’s role in times of conflicte, en referencia a los roles de los archiveros en tiempo de conflicto y la ponencia compartida entre el Dr. David Christopher Sutton, la Dra. Luisa Franco y Arda Scholteel titulada Safe Havens for Archives at Risk: a report on progress, donde pusieron de manifiesto el progreso de los informes de los refugios seguros de los archivos en riesgo.

La aportación de AsF España se centró en el proyecto de formación desarrollado, con la colaboración del Archivo Nacional de Bosnia-Herzegovina, entre los años 2001 y 2005, con el objetivo de facilitar la organización de los fondos documentales de los archivos que sobrevivieron a la Guerra de los Balcanes, dirigido al personal técnico y a los trabajadores no cualificados en el ámbito de los archivos del Archivo Nacional de Bosnia-Herzegovina, y de los archivos municipales de esta República. En un segundo apartado de la intervención se presentó el actual proyecto de colaboración con el Archivo Nacional de la República Árabe Saharaui Democrática para la preservación de la documentación generada por el gobierno saharaui en el exilio, que tiene por objetivo dotarlos de una metodología de trabajo que los permita gestionar y preservar sus fondos documentales y el mantenimiento de los recursos humanos que trabajan para su buen mantenimiento.

Aunque estos dos proyectos son ampliamente conocidos entre las socias y los socios y seguidores de AsF España, esta conferencia fue una excelente oportunidad para visibilizar la tarea solidaria de la entidad y su alcance internacional. Por su parte, desde AsF Francia se presentó el proyecto de las misiones en Haití después del terremoto de 2010, el proyecto de buen gobierno en Burkina Fasso y el de la seguridad y tratamiento de los archivos de las adopciones internacionales. Y para finalizar la ponencia de AsF Ecuador dio a conocer el proyecto de recuperación de la memoria del pueblo Kayambi.

Con esta participación conjunta de las tres secciones de AsF, el colectivo archivero presente en la conferencia pudo tener una visión más amplia de lo que es la entidad y su propuesta a nivel internacional con diferentes proyectos que engloban la formación, la democracia, el buen gobierno, la memoria y la identidad de los pueblos, los derechos individuales y colectivos, bajo la premisa de la solidaridad.

La Conferencia contó con una amplia participación de proyectos que hicieron referencia a objetivos actuales que nos interpelan como el cambio climático, la revisión de los archivos coloniales para transformarlos en unos archivos más inclusivos, los archivos comunitarios y los grupos marginalizados, o bien los archivos puente entre las estrategias sociales y de derechos humanos. Toda una serie de comunicaciones, ponencias y charlas que dieron una amplia visión de las preocupaciones actuales de los archiveros y de los profesionales de la archivística y de la información.

Por último y aprovechando este marco, AsF contactó con personas y entidades interesadas en colaborar conjuntamente y que esperamos que sea un punto de partida para nuevos proyectos.

Un elemento que cabe destacar de esta Conferencia fue el reconocimiento de la trayectoria vastamente conocida por el colectivo archivero, tanto por sus contribuciones destacadas en el ICA como la profesión archivística en general a nivel internacional de dos personas vinculadas con AsF como son Ramon Alberch, presidente fundador de AsF y ex presidente de AsF Internacional, y Joan Boadas, jefe del Servicio de Gestión Documental, Archivos y Publicaciones del Ayuntamiento de Girona y socio de AsF. Ambos fueron reconocidos con la nominación a Fellow of the International Council on Archives (ICA), y Joan Boadas también lo reconocieron con el premio Emmett Leahy Award. ¡Desde estas líneas OS FELICITAMOS!